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Introducción


En este volumen se presentan los resultados de la Tercera Encuesta Nacional de Cultura Constitucional: Los mexicanos y su Constitución, elaborada por especialistas del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM en homenaje a la Constitución de 1917, en el centenario de su promulgación, que se cumple el 5 de febrero de 2017.

¿Qué significa hablar de cultura constitucional? ¿Por qué es importante su conocimiento y estudio? De manera muy esquemática podemos decir que la “cultura constitucional” (o si se prefiere: la “cultura de la Constitución”) está formada tanto por elementos de la “cultura jurídica”, que interesa, sobre todo, a los sociólogos del derecho, y de la “cultura política”, que estudian los politólogos y los sociólogos. En el primer caso, el análisis tiene que ver, por ejemplo, con el conocimiento que tienen las personas sobre los derechos y las obligaciones que definen la Constitución y las leyes; la disposición a obedecer la ley en relación con otras fuentes de autoridad social; el valor que se otorga a los derechos humanos; el concepto de justicia que se prefiere, ectétera. Por lo que se refiere a la segunda, se trata de averiguar cuáles son los conocimientos, las actitudes, las percepciones y las opiniones que tienen los ciudadanos respecto de temas tales como la democracia, la legitimidad del gobierno, la confianza en las instituciones públicas, los partidos políticos e incluso la identidad nacional.

Como puede observarse, en esta encuesta se han explorado, sociológicamente hablando, aspectos de ambas culturas, en razón de la posición especial que ocupa la Constitución tanto en el ámbito del derecho como en el campo de la política. La Constitución es un punto de contacto, una estructura, que vincula al orden jurídico con el campo del poder, y ello exige estudiar su significado desde ambos ángulos disciplinarios, cuando menos. Además, en las sociedades contemporáneas la Constitución es un punto de referencia del comportamiento y de la organización sociales, sobre todo en la medida en que hay un ambiente crecientemente plural y, por consiguiente, en el que los ciudadanos encuentran cada vez menos puntos de contacto e identidad política, religiosa y ética con los demás integrantes de la comunidad. Dicho en otras palabras: la Constitución asume una función tanto más relevante cuanto más se requiera definir un orden que goce de un consenso básico, aunque relativo, que sirva de marco y guía tanto para las instituciones como para los individuos. En este sentido, tiene razón el distinguido constitucionalista alemán Peter Häberle cuando enseña que la Constitución es la única norma común a todas las personas que viven en una sociedad; por ello mismo, los juristas no tienen el derecho de monopolizarla, sino que se trata de un patrimonio (cultural) que concierne a todos quienes viven bajo su imperio, que en esa medida se convierten también en “intérpretes de la Constitución”. Éste será también uno de los hilos conductores del análisis: la pregunta de hasta qué punto, 100 años después, los mexicanos se identifican con su Constitución y la hacen suya, a través del conocimiento no sólo de los preceptos que componen el documento, sino de las instituciones y las estructuras de gobierno que se han creado con fundamento en ella; no sólo mediante la percepción de su cumplimiento por las autoridades y los conciudadanos, sino por la disposición propia a acatar dichos preceptos y reconocer los principios y valores que los subyacen.

En 2003 se iniciaron los estudios de opinión sobre la cultura constitucional con la Primera Encuesta Nacional Cultura de la Constitución en México, la que generó información acerca de las percepciones, actitudes y valores sociales sobre a la Constitución, así como sobre los patrones valorativos y prácticas de la población en relación con los conceptos de legalidad y de justicia. La investigación se dirigió también a recoger las percepciones del desempeño institucional en el marco de la cultura jurídica y política de la sociedad mexicana. La Segunda Encuesta de Cultura Constitucional, realizada en el año de 2011, además de replicar preguntas de la primera encuesta, se enfocó en la legitimidad política de las instituciones que crean y hacen cumplir las leyes.

Esta tercera encuesta, que implicó entrevistar en sus viviendas a 1 200 personas de 15 años y más en todo el país durante el mes de octubre de 2016, replica algunas de las preguntas planteadas en las dos primeras encuestas, lo que permite llevar a cabo de retrospección y de prognosis. Al mismo tiempo, se han incorporado nuevos temas y nuevas preocupaciones, ampliando el campo de estudio de la cultura constitucional, así como la exploración de cuestiones que se han originado en los cambios de los últimos años. En conjunto, los resultados de la encuesta dibujan un panorama complejo y diferenciado que sin duda aporta elementos relevantes al conocimiento de la sociedad mexicana. Sin embargo, la investigación puede tener relevancia también para la política pública. Los gobernantes harían bien en tomar en cuenta el panorama de desconfianza y deterioro en la vida institucional que se aprecia en algunos resultados de la encuesta. Ayudar a revertirlos es una necesidad si México ha de continuar por la senda de legalidad e institucionalidad que, con todas sus vicisitudes, contribuyó a abrir la Constitución de 1917. Ése será el mejor homenaje que se le pueda rendir.




Como expresión del compromiso de la Universidad Nacional Autónoma de México y del Instituto de Investigaciones Jurídicas con nuestra sociedad, se pone a la disposición del público la Biblioteca Los mexicanos vistos por si mismos: Los grandes temas nacionales en la página www.losmexicanos.unam.mx en donde además de los textos, están disponibles para su consulta, la metodología utilizada en su elaboración, los diseños muestrales de cada una de las encuestas, los cuestionarios, las bases de datos y las tablas cruzadas.